miércoles, 19 de enero de 2011

¿Qué pasa con el cáncer?

En mi infancia, al igual que la de mucha gente coetánea, la enfermedad de moda era el SIDA. Hoy de joven, lo es el cáncer. El famoso o la famosa que muere nomás lo hace víctima de algún cáncer.
Se me quedó para siempre en la mente el siguiente motivo por el cual aparece un cáncer, de los tantos que explican: acumulación indebida de células.
Factores como el humo de los vehículos y del cigarrillo, abuso de comidas y bebidas, entre otros, creo que están siendo desplazados por una idea que, digamos, no cobra fuerza aún, o acaso no lo haga, pero que ya forma parte de la creencia de algunas personas a medida que pasa el tiempo. Sabemos que la muerte es lo único sinceramente anárquico y coherente que existe.
Acompañada por la enfermedad, no respeta a nada ni a nadie. Cuando murió de un cáncer el ex tecladista de Pink Floyd Richard Wright, hubo gente que cayó en ese pecado intelectual que reza: "¡Pero qué raro, Inglaterra, un país de avanzada!".
El cáncer se halla asesinando a mansalva con mayor peso que antes. Esa creencia a la que me refería es una duda digna para que Descartes se revuelque en su tumba con sus ridículas dudas: ¿El cáncer está en el aire? Si no es el cáncer ¿qué hay en el aire? El aire sigue descuidándose y puedo decir que no es el mismo aire fresco que yo respiraba en 1996, hablando mal y pronto a lo Heráclito.
Volviendo a lo de plagas en boga, cuando vi en CNN la confesión de seropositivo hecha por el saltador Greg Louganis, era la época en que todavía fallecían de SIDA personas de renombre para impacto de un show business soberbio y sin conciencia.
Ahora ya no estamos en los 80', en los 90' ni en los 2000. Pero pareciera ser que la historia se reitera. Ese mismo negocio del espectáculo por lo visto no aprendió la lección.
El miedo vuelve a sembrarse. Dennis Hopper cayó en desgracia y Michael Douglas se curó tras breve y rápido tratamiento. De morir antes que su padre Kirk y éste lo entierre y sobreviva, sería, a decir de Joaquín Sabina, una broma macabra. Porque la costumbre con la que se nace en una familia es la del hijo jovial, fuerte y cuerdo como sucesor del padre retirado, viejo y "ya vivido".
Fijándonos en nuestra jungla, han partido rumbo a lo desconocido enfermos de cáncer como los colorados Julio César Fanego, Benjamín Maciel Pasotti, Carlos Facetti...
Pienso que se debería estudiar la posibilidad de que en el aire ocurren cosas. Como cualquier otro mal, el cáncer dijo presente siempre, sólo que fue descubierto según la lenta evolución de la ciencia humana. Y los seres humanos que creen o aparentan ubicarse invulnerables y mejores por encima del resto, pues, demuestren sinceridad. Si tanto se aman y creen que no les pasará nada en absoluto, revísense. Aprovechen lo que tienen a su alcance, a ver si les sirve de algo por si las moscas de repente caen en su sopa.
Mientras, en el anonimato, los del día a día, algunos comparten merecidamente la culpa de los otros diferentes a ellos, otros de manera inmerecida. Porque por esos misterios contemporáneos del destino, el deceso producido por el cáncer es inexplicable. Sea entonces recomendable no dejar pasar los controles médicos pertinentes.

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